Comenta el profesor Ross Flatt que cuando se juega y no sale bien se vuelve a intentar para hacerlo mejor. Se repite la jugada. Trasladando esta filosofía al niño-niña, ellos asumen que se pueden equivocar, pero sin miedo a hacerlo. Saben que pueden repetir y se animan a continuar.
Esta reflexión nos lleva a concluir que en el juego no existe el miedo a fracasar o a equivocarse. El juego permite un autocontrol del proceso de aprendizaje, a nivel individual, y además, cuando se trata de un juego compartido, favorece la sociabilidad.
Si nos centramos en los juegos seleccionados con criterios didácticos, estos además, motivan y favorecen el conocimiento de forma destacada, tanto a nivel individual como grupal. Y pueden ser usados en el aula y en el ámbito familiar.
Hoy, a través de las Apps se ofrecen propuestas lúdicas y pedagógicas, donde se potencia la creatividad y el aprendizaje de forma destacada
Si te tienta la creatividad y jugar con la música…Melody Coach te pondrá a prueba. Creemos que no hay mejor manera de aprender que divirtiéndose y mejor manera de divertirse que aprendiendo.